La imagen de tu producto es la primera impresión que tus clientes se llevarán de tu empresa. De ahí la importancia en todo lo que aporta a la construcción de la misma.
El diseño, el packaging, los colores, la comunicación y hasta el precio son factores que alimentan la construcción de la imagen que quedará en la mente de tus clientes.
Los vendedores son la carta de presentación, su imagen, seguridad y confianza forman parte del conjunto de prestaciones del producto. Como así también el servicio de post venta y las garantía de funcionalidad y calidad.
Desde las tarjetas personales de los distintos empleados de la empresa, pasando por la música que suena en el contestador, el lugar destinado a la recepción y los rodados que se utilizan en la logística hasta la factura que confeccionamos a los proveedores.
Todo forma opinión y nos agrega o quita valor, según la percepción de nuestros clientes y proveedores. Es muy importante tener en claro qué queremos transmitir, dónde y cómo, para lograr una comunión entre nuestra filosofía empresarial y el producto terminado.
Para ello siempre es recomendable recurrir a los expertos, contratar un asesor de imágen o un especialista en marketing nunca será un gasto, ya que invertir en conocimiento es una de los mejores caminos para transmitir profesionalismo en materia de negocios.
Si no tenés experiencia, buscala, contratá expertos que aporten una perspectiva diferente a la que estás acostumbrado. Innovar requiere ir más allá de lo que uno ve todos los días, abrir la mente y la empresa; ello le dará un salto de calidad a tus productos.
Invertir, prestarle atención a los detalles, consultar a todas las personas que interactuan con nuestra empresa, buscar otras perspectivas, probar, equivocarse y corregir son factores indispensables para que la imagen de tu empresa sea la mejor.
Dejar una contestacion