La indemnización laboral es una medida de protección para los trabajadores, para evitar que sean despedidos de sus puestos laborales de modo arbitrario. Por supuesto, un empleador tiene derecho a despedir a un empleado a quien considere incapaz o no apto para el trabajo, pero deberá atenerse a la ley para indemnizarlo como medida de protección al derecho concedido a los trabajadores en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional.
La indemnización se calcula según la «mejor remuneración mensual, normal y habitual devengada durante el último año o durante el tiempo de prestación de servicios» (esa cifra se multiplica por la cantidad de años trabajados).
La indemnización laboral puede ser de dos tipos:
• Indemnización por antigüedad o despido, equivalente a un mes de sueldo por cada año de antigüedad que tuviera el trabajador o fracción mayor a tres meses.
• Indemnización sustitutiva de preaviso: el preaviso es un lapso de tiempo que se le otorga a las partes para comunicarle a la otra con la debida antelación la desvinculación laboral (ya sea despido o renuncia) y que se basa en el principio de buena fe. Si el empleador quiere despedir a un empleado sin avisarle con tiempo (preaviso), deberá indemnizarlo. Esta indemnización equivaldrá a uno o dos sueldos conforme la antigüedad del trabajador.
Para garantizar la fuente de trabajo, el Estado ha fijado en varias oportunidades la llamada “doble indemnización”, por la cual un empleador que despidiera a un trabajador debería pagarle el doble de indemnización.
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Imagen: iprofesional.com
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