Liderazgo femenino en las Pymes

Liderazgo FemeninoTeniendo en cuenta la participación de la mujer en el siglo XXI, el liderazgo femenino es una oportunidad real, para ello, las mujeres que quieren hacer carrera gerencial deben tener claras sus fortalezas y afirmar su confianza en sí mismas.

 
En esta oportunidad, hablaremos de todo lo que hay que saber sobre el Liderazgo Femenino, teniendo en cuenta sus beneficios y desventajas.

Liderazgo Femenino

Hay muchas mujeres que tienen hijos al mismo tiempo que trabajan y la verdadera disyuntiva entre hijos y trabajo para una profesional ocurre cuando se tiene una vocación muy marcada. Si se trabaja solamente para tener un ingreso o para salir de la casa, el dilema es menor.
Las estadísticas demuestran que en ciudades cosmopolitas como Buenos Aires, las mujeres trabajan 10 horas más por semana, si se computa el trabajo doméstico. Aun las que cuentan con ayuda de una empleada en la casa, ayuda que por otra parte es un signo de desigualdad social.
La realidad es que no hay que forzar gustos o temas de conversación típicos de varones para poder ser parte de un grupo donde hay muchos hombres. Hay que ser auténtica, de hecho, las mujeres se concentran más en la gestión y menos en la política. Pero si una hace una carrera gerencial, llega un momento en el que se reduce el tiempo dedicado a lo técnico y a la gestión, y aumenta el peso de la política.
 

Carrera Gerencial

Si una mujer quiere hacer una carrera gerencial y decide tener una familia, no puede hacerlo si no es muy organizada, porque le puede dedicar menos tiempo a lo informal y quiere volver a su casa para estar con sus hijos. Los hombres cada vez más sienten eso, pero el instinto, la necesidad natural, surge claramente en la mujer.
En la pyme familiar, el hijo varón es como un par del padre. Pero la hija sigue siendo “la nena”, y debe desprenderse del mandato paterno. Para ello, primero, debe estudiar, estar preparada. Pero, además, es importante que tenga ayuda para tener confianza en sí misma. El papel de un coacher, en ese caso, es darle apoyo, sin que descuide las herramientas típicamente masculinas:

  • ser firme cuando se tiene una opinión y defenderla al máximo
  • asumir riesgos
  • ser dura cuando se presenta una negociación.
  • saber cómo balancear lo familiar
  • cómo conservar los espacios de la emoción y la sensibilidad sin que sean excesivos.

La mujer tiende a conservar el vínculo familiar, pero hay que ayudarla a entender que si en la empresa tiene que discutir un punto de vista con un primo o un hermano, no va a dejar por eso de quererlo o de ser querida.

Confianza en sí misma

La mujer tiene que tener en claro cuáles son sus fortalezas y en qué está complementando al hombre. Pero debe quedar claro que esas fortalezas no son menos importantes que las del esposo. La mujer no debe bajar los brazos, siempre debe tener presente las fortalezas que hacen que merezca estar en ese lugar.

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