Ahorro y soluciones de calidad para tu empresa con Teletrabajo o trabajo a distancia

Hay quienes afirman que actualmente las nuevas tecnologías han iniciado un proceso que puede ser considerado la Tercera Revolución Industrial; tal es la magnitud de los cambios que han operado y siguen operando las novedades informáticas en las diversas actividades. Uno de los más grandes cambios se han dado en el mundo del trabajo. Aquí mencionaremos sus aspectos más significativos, en tres áreas: el trabajo convencional, el comercio electrónico y el trabajo free-lance.
Trabajo convencional
El dominio de las herramientas informáticas es considerado ya un conocimiento indispensable, en todo trabajo. El uso de Windows, Office o pen drives es básico, y garantizará rapidez en lo que se desea hacer, sin importar cuál sea la tarea. Esto implica, entre otras cosas, llevar la contabilidad en planillas de Excel (u otro software que cumpla la misma función), utilizar procesadores de texto como Word, pero también formas de teletrabajo, como mantener contacto dentro de una misma empresa a través de Skype o teleconferencias, o bien trabajar colaborativamente en un mismo archivo a través de una intranet. El hábito de seguir de cerca las noticias del mercado y las actividades de la competencia, incluso en horarios no laborables y desde el propio hogar, se ha simplificado mucho gracias al medio online.
Comercio electrónico
Si bien hemos desarrollado el tema en otro artículo, caben algunas acotaciones generales, en especial a la forma en que el comercio electrónico ha cobrado masividad. Gracias a grandes tiendas online como Ebay, Amazon y, en español, MercadoLibre, cada vez más usuarios de Internet están habituados a realizar sus compras online. Además, se ha facilitado la manera en que cualquier persona, emprendedor o no, puede acceder a vender objetos y servicios, contando con la posibilidad de una exposición masiva.
Trabajo free-lance
En este punto nos detendremos especialmente, ya que el trabajo free-lance es muchas veces identificado plenamente con el teletrabajo, y es el área que más novedades ha ofrecido en los últimos tiempos. Existen sitios web en los que, según la tradicional mecánica de avisos clasificados, es posible ofrecer el propio trabajo o buscar profesionales, así como también otros en los que es posible solicitar cotizaciones para determinada tarea a un grupo de profesionales.
Pero la forma más reciente e innovadora al respecto la representa sin duda el crowdsourcing o tercerización masiva, un sistema de trabajo que nos permite ponernos en contacto con profesionales de todo el mundo y trabajar con ellos en línea, en simultáneo. Uno de los aspectos más interesantes es que uno mismo elige el precio que desea pagar por la tarea a realizar, lo cual evita la tediosa tarea de evaluar cotizaciones.
El crowdsourcing consiste simplemente en la difusión de un “llamado abierto” para la realización de alguna tarea, llamado que es dirigido a un público anónimo y masivo de usuarios de Internet. A través del crowdsourcing es posible encontrar más fácilmente a la persona adecuada y más capacitada para brindar solución a la necesidad, pudiendo al mismo tiempo comparar su trabajo con el de otras personas. La gama de trabajos que pueden realizarse gracias al crowdsourcing es ilimitada, y cada sitio web se especializa en algún tipo de actividad, que pueden llevar desde la programación hasta el diseño de logos.
A los profesionales les permite trabajar desde la comodidad de su hogar, administrando sus propios tiempos y para clientes de cualquier parte del mundo. Sin embargo, el crowdsourcing también tiene tintes polémicos, debido a que algunas empresas, incluso (y especialmente) de gran notoriedad, lo han puesto en práctica sin ofrecer ninguna retribución económica a cambio, como es el caso de importantes medios periodísticos como The New York Times, The Guardian o USA Today. La retribución que recibe el colaborador es el supuesto mérito que obtiene al ser publicado su nombre en el medio, o a veces tan sólo la satisfacción personal de haber contribuido.
El teletrabajo llegó para quedarse
En todo caso, es indudable que el teletrabajo, en sus diversas formas, potencia la realización de cualquier actividad: acelera tiempos, permite encontrar personas capacitadas para cada tarea, ahorra dinero y, por si fuera poco, permite acceder fácilmente a soluciones de calidad. Tal es así que algunas empresas simplemente poseen “oficinas virtuales”, es decir que realizan negocios sin necesidad de contar con un espacio físico, con el consiguiente ahorro en costos.

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